domingo, noviembre 13, 2005

La Marca del Diablo

Y aquel día, su alma fue marcada por garras de tinieblas, nunca imagino lo que le pasaría, solo actuó bajo la influencia de sus ideas. Sus pensamientos lo llevaron a un estado de inconsciencia, aquellas acciones marcarían su destino para siempre. Bajo un manto de oscuridad, sus pasos se silenciaban con el canto de los grillos, su única luz era la de la luna, aquella noche se respiraba olor a muerte, y el diablo era anfitrión para sus más primitivos y salvajes pensamientos, todos aquellos decorados con pinceladas de sangre e ira, sus manos temblaban con el latir de su pecho, su cuerpo húmedo por el trote de la noche, y el jadeo incansable que comenzaba a decaer por el cansancio de las horas.
No tan lejos de hay, los cascos de un corcel, rompían con el silencio de la noche, su jinete, un hombre de oscuras vestiduras, y cuyas intenciones eran acabar al criminal, con sus propias manos, quien fue capaz de robarle su vida, sus sueños, todo lo que el amaba. Sus ojos llenos de ira, se nublaban con lágrimas que le quemaban la vista y le recorrían las mejillas, hasta llegar a su boca, jamás había probado trago mas amargo, nunca quiso probarlo.



Miguel Romo 13/noviembre/2005

No hay comentarios.: